Me llamó la atención, hace unos días, una noticia sobre los traslados de domicilio fiscal entre comunidades españolas, incluso por su significativo título: "Cataluña pierde, Madrid gana" (Expansión, 5 mayo 2015).
Y me trajo a la cabeza un concepto que a mi querido Maestro -Eugenio Simón Acosta- le gusta recordar y explicar: "Votar con los pies". Concepto acuñado por el profesor norteamericano Charles Tiebout, para representar -de manera indudablemente gráfica- el incentivo a trasladarse de territorio en función -inversamente proporcional- de la presión (no solo, pero tambien fiscal) de las instituciones de los respectivos territorios.
Naturalmente que esta posibilidad requiere un contexto que lo haga posible y accesible para un numero significativo de ciudadanos. Entornos como el de los Estados Unidos (en el que se desarrollan los estudios), donde tal movilidad es posible y real, podríamos decir que "desde siempre". Y donde la verificación, de que la presión fiscal condiciona la migración, ha venido de un estudio de Artur Laffer (sí, sí, el famoso Laffer de la famosa curva, que a pesar de ser muy citado es poco conocido, pero es un profesor, también norteamericano, que sigue vivo, estudiando y publicando...), en el que los datos muestran como, entre los Estados norteamericanos, los de mayor presión fiscal -impuestos sobre la renta- son los que menos crecen en población y en empleo. Siendo al revés (mas crecimientoo demográfico y más empleo) en los Estados con menor presión fiscal relativa sobre la renta de las personas físicas ("Taxes Really do matter: look at the States", septiembre 2012).
Y estaba yo en estos pensamientos, cuando me encuentro con otra noticia "interesante", o cuanto menos "curiosa"... Quizás poco realista, pero indudablemente significativa y claramente relacionada con la universalidad del interés por "votar con los pies" por razones fiscales: la autoproclamacion de Liberland. Un supuesto nuevo Estado, sobre 7 kilómetros cuadrados, supuestamente "tierra de nadie", entre Serbia y Croacia; que nace con la expresa y manifiesta vocación de ser un "refugio fiscal", y que dice haber recibido ya 260.000 solicitudes de domiciliación. No sé ni siquiera si cabrán...
Cada uno podrá hacer sus propias valoraciones y extraer sus propias conclusiones. Pero creo que al menos quienes tienen, o aspiran a tener, responsabilidades publicas, deberían reflexionar sobre ello, a la luz de algunos de los imprescindibles de la sabiduría popular: "no se pueden poner puertas al campo" (estamos en proceso de globalización...); y "el que mucho abarca poco aprieta" (en mi adaptación personal, homenaje a la curva de Laffer, "si aprietas mucho... o ahogas o se te escurre...").
Seguiremos observando los acontecimientos.
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