Llevo un tiempo siguiendo este asunto, del que no dejaba de sorprenderme su mero enunciado, tal y como se hacía desde instancias políticas -supuestamente asesoradas, y en todo caso responsables de legislarnos-.
El actual punto de su evolución ha despejado alguna de mis críticas "clásicas", las mas generales y evidentes. Pero obvia otros problemas jurídicos más complejos, y suscita un problema específico del régimen tributario del País Vasco (estrictamente, de los Territorios Históricos del País Vasco). Creo que deberían dar para un análisis más detallado, de uno de esos posibles en los que el "defraudador fiscal" está del otro lado (del legislador y el recaudador).
Como anticipo -seguiremos el tema-, aquí unas notas breves y simplificadas para la prensa, publicadas el domingo 30 de diciembre en el Diario Vasco.
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